El Ingeniero Agrónomo sabe algo más que de pepinos y de tomates

Jesús Antonio López Perales es director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Ciudad Real. Empezó estudiando la carrera de Ingeniero Técnico Agrícola, en la especialidad de Explotaciones Agropecuarias, para continuar estudiando, en la Escuela de Albacete la carrera de Ingeniero Agrónomo, donde también cursó el doctorado. Su objetivo es potenciar, “con todos los medios”, la Escuela y la profesión. Una profesión, que según el Director, se caracteriza por su versatilidad y el alto índice que empleabilidad.

¿Cuáles son sus objetivos?

Formo parte de la Conferencia de Centros Universitarios de Ingenierías Agroalimentarias y Forestales, y estamos viendo las dificultades que están teniendo ahora mismo las escuelas para formar ingenieros agrónomos. Por eso, uno de mis objetivos fundamentales es el de captar alumnos para la Escuela, ya que notamos que existe en la sociedad un desconocimiento profundo de lo que es la profesión. La gente considera que el Ingeniero Agrónomo está únicamente relacionado con el campo en su faceta más primaria, que es un ingeniero sin ningún tipo de cualificación, y eso es muy negativo, fundamentalmente para los jóvenes que quieren comenzar una carrera.

 

Estamos haciendo una labor ingente desde hace muchos años en institutos, intentando hacer ver a los jóvenes que el Ingeniero Agrónomo es más de lo que connota la palabra agrónomo.

 

En cualquier pueblo de Castilla-La Mancha es raro no encontrarse una bodega, una almazara, una quesería, una industria cárnica, etc. Por eso, nuestros ingenieros tienen una inserción laboral muy buena

 

Siempre hacemos referencia de que en cualquier pueblo de Castilla-La Mancha es raro no encontrarse una bodega, una almazara, una quesería, una industria cárnica, etc. Por eso, nuestros ingenieros tienen una inserción laboral muy buena.

 

El problema es que aunque hacemos muchos kilómetros, aunque el esfuerzo realizado es muy grande, llegamos a poca gente y los resultados para nosotros son siempre insuficientes.

 

¿A qué cree que se debe el desconocimiento general de la profesión por parte de la sociedad?

Parece que hay que estar diciendo siempre que el Ingeniero Agrónomo sabe algo más que de pepinos y de tomates. Yo siempre digo que sí, que otros pueden saber sobre Hidráulica, pero el que sabe regar es el Ingeniero Agrónomo.

 

Al Ingeniero Agrónomo lo tienen totalmente vinculado al campo, que es una actividad dura. Nos encasillan exclusivamente en eso

 

La sociedad tiene una visión de la Ingeniería Agronómica con un prejuicio social superior que al de otras ingenierías. Por ejemplo, industriales, caminos o aeronáuticos están mejor vistas. Al Ingeniero Agrónomo lo tienen totalmente vinculado al campo, que es una actividad dura. Nos encasillan exclusivamente en eso.

 

El 80-90% del consumo del agua, por ejemplo, se realiza en el campo. Las instalaciones de riego, por desgracia, no están todas calculadas por ingenieros, por lo cual las pérdidas de agua son tremendas. Además, cuentan con poco o nulo mantenimiento. Simplemente el hecho de que las Administraciones exijan, en un momento además de gran sequía, un consumo correcto del agua y un mantenimiento adecuado de las instalaciones, se podría generar una gran cantidad de trabajo, a precios asequibles para los agricultores, y un considerable ahorro de agua.

 

Este es un ejemplo de la importancia que tenemos los ingenieros agrónomos en la sociedad, aunque la gente se queda sólo con la parte más ingrata.

 

Tenemos que hacer ver a los alumnos que la salida directa no siempre es el campo. A los alumnos vocacionales no hay que explicarles nada, pero a los alumnos indecisos hay que atraerlos por otras salidas profesionales diferentes.



Puedes seguir leyendo la entrevista completa en